Crónicas de luchas contra el odio: ACAMPA por la paz y el derecho al refugio
En los últimos años, se ha ido fortaleciendo un discurso basado en el racismo, la xenofobia, la intolerancia, el etnocentrismo, la discriminación, la desigualdad, la exclusión, la marginación y la criminalización contra este sector de la población, dirigido a la construcción del Otro entendido como peligro, como enemigo.
Blancos recurrentes del discurso de odio son las minorías nacionales, étnicas, religiosas o lingüísticas, comunidades ya vulnerables, que se vuelven más estereotipadas y discriminadas.
Entre ellas se destacan las personas migrantes y las personas refugiadas, es decir las que tienen que fugarse y huir, buscando refugio. Nómadas invisibles que se desplazan de su territorio de origen, recorren territorios y fronteras con la finalidad de poder sobrevivir, aunque eso signifique perder la vida en el intento. Forzados a salir de su lugar de origen por hambruna, guerra o posguerra, pobreza, miseria, falta de empleo bien remunerado, desastres naturales donde pierden lo poco que tenían, conflictos basados en recursos que traspasan fronteras, conformados por un mosaico de intereses locales, regionales e internacionales, alimentados por el extremismo, las redes criminales y las pandillas urbanas, las diferencias étnicas y religiosas.
Como en un círculo vicioso, el auge del populismo político y la legislación caracterizada por el incremento de restricciones en el derecho de migración y asilo han contribuido a la construcción de una fobia colectiva que pone al descubierto la banalidad del mal de nuestros tiempos.
Todo esto nos obliga a promover e impulsar acciones colectivas dirigidas a promover la paz, la democracia, y los derechos humanos.
Por ello, la semana pasada, en correspondencia con la celebración de dos días internacionales relevantes, el Día Internacional contra el Discurso de Odio (19 de junio) y el Día Mundial del Refugiado (20 de junio), participamos en el VII Encuentro International organizado por Acampa por la Paz y el refugio en A Coruña (Galicia).
Acampa es una iniciativa ciudadana que reúne a cerca de 60 organizaciones, entre ellas FIBGAR, con el objetivo de promover una red de información, de intercambio de ideas e iniciativas en pro de la defensa de los derechos humanos, el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho a Refugio.
Esta séptima edición se desarrolló bajo el lema “Odio o Convivencia” con el objetivo de acercar a la ciudadanía a una reflexión colectiva sobre el impacto social de los conflictos internacionales y la realidad de las personas refugiadas.
Entre las varias actividades propuestas, el programa contó con la simulación de un campo de refugiados y de la Valla de Melilla a casi un año de lo acontecido el 24 de junio de 2022 cuándo, en el intento de salto de alrededor de 2000 personas por el paso fronterizo melillense de Barrio Chino, comportamientos abusivos por parte de las fuerzas del orden a uno y otro lado del muro produjeron una masacre que 37 personas murieron, 77 desparecieron y 430 fueron devueltas en caliente. Una tragedia humana documentada por el fotógrafo Javier Bernando, presente en el momento en que ocurrieron los hechos, y relatada por Virginia Álvarez que pilota la investigación de Amnistía Internacional España sobre lo acontecido.
A través de las fotografías de Óscar Corral y el relato de Virginia Mielgo, coordinadora del buque de rescate Geo Barents de Médicos Sin Fronteras, se reflexionó sobre las violaciones de derechos humanos que diariamente se realizan en el Mediterráneo Central, el primer cementerio líquido supranacional europeo, y el hostigamiento que sufren los barcos de rescate.
En dos charlas magistrales el expresidente de Uruguay Pepe Mújica y nuestro presidente, Baltasar Garzón, reflexionaron sobre, respectivamente, el odio como arma política y la justicia universal como herramienta para vencer los discursos de odio. Ambos recordaron que, como la historia nos viene demostrando siempre, el discurso de odio unido a la desinformación puede llevar a la estigmatización, la discriminación y a la violencia a gran escala.
Este año se han cumplido 78 años de la liberación de Auschwitz-Birkenau, donde se cometieron crímenes brutales y abominables, donde “murió el hombre y la idea de hombre”, como dijo el Premio Nobel de la Paz, Elie Wiesel. Sin embargo, parecería que no hubo lecciones aprendidas después de la ideología generalizada de odio, persecución y asesinato auspiciada por el Estado y perpetrada por el partido nazi y sus colaboradores y colaboradoras. Ni tampoco hemos aprendido de lo ocurrido, por ejemplo, durante las dictaduras latinoamericanas del siglo XX.
Iniciativas como los encuentros internacionales de Acampa nos recuerdan que las palabras matan. Las palabras matan como balas. Y en estos casos las víctimas somos todos/as, porque el daño se produce a toda la comunidad, y nos vuele “víctimas universales”.
Madrid, 19 de junio de 2023
