El Futuro de la Jurisdicción Universal – Décimo Aniversario de los Principios Madrid-Buenos Aires
El pasado 4 de noviembre se celebró en el Congreso de los Diputados el acto conmemorativo por el décimo aniversario de los Principios Madrid-Buenos Aires. El encuentro reunió a juristas, personas académicas, representantes institucionales, organizaciones de la sociedad civil y expertos y expertas en derechos humanos para reflexionar sobre los avances y desafíos de la aplicación del principio de jurisdicción universal, así como sobre la necesidad de reafirmar su vigencia frente al retroceso del derecho internacional y la creciente impunidad global. Durante la jornada se destacó que el fortalecimiento del Estado de derecho y la lucha contra la impunidad son pilares fundamentales para garantizar la justicia global, junto con la incorporación de nuevas perspectivas, como la de género, en la persecución de los crímenes más graves.
Saludos y palabras de bienvenida
El acto dio comienzo con unas palabras del portavoz de Justicia del Grupo Parlamentario Plurinacional SUMAR, Enrique Santiago, quien advirtió que “existe hoy una clara voluntad de acabar con el derecho internacional” y subrayó la importancia de que España recupere el principio de jurisdicción universal para combatir la impunidad y reforzar el Estado de derecho.
A continuación, María Garzón inauguró la jornada recordando que esta conmemoración representa una década de trabajo para actualizar y ampliar los principios que rigen la jurisdicción universal, incluyendo aquellos crímenes históricamente fuera de su alcance. Señaló las limitaciones estructurales de la Corte Penal Internacional, evidenciadas en conflictos como el de Gaza, y remarcó la urgencia de fortalecer mecanismos complementarios de justicia internacional. Subrayó también la importancia de integrar una perspectiva de género, históricamente ausente en este ámbito, pero cada vez más reconocida a través de debates recientes como el del apartheid de género.
Baltasar Garzón repasó los hitos históricos del principio de jurisdicción universal, desde sus raíces en la Escuela de Salamanca hasta su desarrollo en los años noventa, con los casos de las dictaduras argentina y chilena o la orden de detención de Pinochet en 1998. Recordó que el impulso inicial de la justicia universal provino de las víctimas y la sociedad civil, más que de las instituciones, y lamentó que las reformas de 2009 y 2014 hayan restringido su ejercicio en España. Concluyó señalando que, si este principio fuese reconocido universalmente, “la impunidad dejaría de existir”, pues “cierra las grietas del derecho internacional y humanitario que hoy se abren ante el utilitarismo y la erosión de los derechos humanos”.
Desde Argentina, Eugenio Raúl Zaffaroni participó de forma telemática y definió la justicia universal como un derecho que trasciende fronteras, culturas y condiciones sociales. Reflexionó sobre la experiencia argentina tras la dictadura y la necesidad de anular leyes de amnistía incompatibles con el derecho internacional. Advirtió que el derecho internacional atraviesa una “decadencia civilizatoria” y reafirmó que la jurisdicción universal implica una limitación voluntaria de soberanía estatal en favor de la humanidad, un deber ético y jurídico de los Estados.
Panel 1: Avances, desafíos y oportunidades
El profesor Jorge Rodríguez recordó que la jurisdicción universal no es una opción política, sino una obligación jurídica derivada de los tratados internacionales de derechos humanos. Criticó la aplicación selectiva de estos principios por parte de algunos Estados según intereses geopolíticos, lo que debilita la legitimidad del sistema. Aludió al caso de Palestina y cuestionó la falta de voluntad europea para investigar crímenes cometidos por sus aliados, lo que mina la confianza en el derecho internacional. Defendió que el futuro de la justicia universal depende de una cooperación internacional efectiva, tanto entre Estados como con instituciones globales como la Corte Penal Internacional.
Por su parte, el profesor Matías Bailone, que también participó de manera telemática, ofreció una visión más crítica, describiendo el contexto actual como una “crisis civilizatoria” que pone en riesgo los valores humanistas del derecho. Reivindicó el valor terapéutico y restaurador de los procesos judiciales, para las víctimas y los Estados que reconocen su pasado, y alertó del riesgo de instrumentalización política de los mecanismos internacionales. Llamó a mantener una justicia universal comprometida con la verdad y no con la conveniencia.
Panel 2: Desafíos y reformas pendientes en España
El diputado Enrique Santiago recordó los intentos legislativos recientes para restaurar el principio de jurisdicción universal en España, restringido por las reformas de 2014. Explicó el contenido de la proposición de ley, que busca restituir la acusación popular, eliminar los puntos de conexión que limitan la jurisdicción y permitir la reapertura de causas archivadas. Aunque el texto fue admitido a trámite en 2024, continúa bloqueado por falta de consenso político. Santiago insistió en que “perseguir los crímenes más graves contra la humanidad es una necesidad democrática” y que España debe recuperar su papel como referente internacional en la lucha contra la impunidad.
La fiscal de Sala Coordinadora de Derechos Humanos y Memoria Democrática, Dolores Delgado, recordó que España fue pionera en los años ochenta y noventa en la defensa del principio de jurisdicción universal, aunque las reformas posteriores debilitaron ese liderazgo. Propuso avanzar hacia una “justicia universal de cooperación”, basada en la colaboración entre fiscalías, tribunales e instituciones internacionales. Subrayó la importancia de reconstruir la confianza social en la justicia, garantizando respuestas efectivas a las víctimas de los crímenes internacionales.
Panel 3: El rol de la sociedad civil
Desde la sociedad civil, el abogado Bénédict de Moerloose subrayó el papel esencial de las ONG y asociaciones de víctimas en la promoción y aplicación de la justicia universal, ya que en muchos casos son quienes documentan los hechos, identifican sospechosos y presentan las primeras denuncias. Lamentó que la supresión de la acción popular en España haya debilitado este papel y defendió recuperar mecanismos que permitan a la ciudadanía participar activamente en la lucha contra la impunidad.
Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España, analizó la crisis del sistema multilateral, señalando que el Consejo de Seguridad de la ONU se encuentra bloqueado por el uso reiterado del veto. Advirtió sobre la normalización de violaciones graves de derechos humanos y el auge de conflictos sin resolución, pero reconoció que los tribunales internacionales siguen cumpliendo una función esencial. Llamó a construir una nueva coalición global entre gobiernos y sociedad civil para defender el derecho internacional frente a los retrocesos actuales.
Cerrando el panel, Alessia Schiavon, Directora de FIBGAR, destacó que la justicia universal constituye un valor fundacional de la Fundación y que su aplicación debe abrirse a enfoques con perspectiva de género. Explicó que FIBGAR trabaja actualmente en una revisión de los Principios de Justicia Universal para incorporar una mirada más inclusiva. Concluyó recordando que la justicia universal no es sólo una herramienta jurídica, sino también un proyecto ético y pedagógico, cerrando su intervención con el lema de la nueva campaña de FIBGAR: “La democracia no se hereda, se construye.”
Conclusiones
El evento puso de relieve la urgencia de reafirmar el principio de jurisdicción universal en un contexto global marcado por guerras, impunidad y crisis institucionales. Los y las ponentes coincidieron en que la justicia universal sigue siendo una herramienta imprescindible para la defensa de los derechos humanos, pero requiere voluntad política, cooperación internacional y participación ciudadana para hacerse efectiva.
En el marco de la conmemoración, FIBGAR presentó dos iniciativas destinadas a reforzar el compromiso con la justicia, la memoria y la democracia.
La primera, la campaña “La democracia no se hereda. Se construye. Haz ruido.” es un llamamiento ante el retroceso global de los derechos humanos y la consolidación de la impunidad. Su mensaje central enfatiza que la democracia no es un legado pasivo, sino un proceso vivo que exige memoria, participación y vigilancia constante. La campaña invita a firmar un manifiesto por la restauración de la jurisdicción universal en España, la garantía de justicia para las víctimas y la defensa activa de la democracia.
La segunda iniciativa fue el lanzamiento de la Web de la Jurisdicción Universal, una plataforma digital creada con motivo del décimo aniversario de los Principios Madrid–Buenos Aires. Este archivo abierto busca preservar y difundir el legado de dichos Principios, ofreciendo una biblioteca virtual, casos históricos, materiales audiovisuales y un curso online gratuito sobre jurisdicción universal.
Ambas iniciativas reflejan el compromiso de FIBGAR con una justicia internacional viva, participativa y transformadora. A diez años de los Principios Madrid–Buenos Aires, su espíritu continúa guiando un proyecto colectivo: preservar la memoria, promover la rendición de cuentas y construir una democracia que no se herede, sino que se ejerza y se defienda cada día.
Sara Zanon, colaboradora de FIBGAR.