La lucha contra la impunidad de los crímenes internacionales más graves no tiene límites geográficos
El delito de genocidio, los crímenes contra la humanidad y los crímenes de guerra, también conocidos como crímenes atroces, representan los atentados más graves contra el género humano. Como bien destaca el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI), son “atrocidades que desafían la imaginación y conmueven profundamente la conciencia de la humanidad” y se considera que “constituyen una amenaza para la paz, la seguridad y el bienestar de la humanidad”.
Por ello, son motivo de preocupación para el conjunto de la comunidad internacional, que tiene la obligación de impedir que se cometan.
Cuando tales crímenes ocurren, no deben quedar impunes. Su enjuiciamiento efectivo, justo y rápido debe estar garantizado. Solo promoviendo la lucha contra la impunidad de estos delitos más graves es posible restablecer el respeto de los derechos humanos y de la norma jurídica en la sociedad y a hacer efectivos los derechos de las víctimas.
En nombre de los principios que inspiraron su propia creación, la Unión Europea ha puesto de manifiesto varias veces – por lo menos a nivel formal – su compromiso en cuanto a actuar frente a las violaciones graves de los derechos humanos que alcancen el nivel de crímenes contra la humanidad y el genocidio y los crímenes de guerra, así como a pedir cuentas a los responsables de las mismas, respetando y defendiendo los principios y valores consagrados en el Estatuto de Roma y brindando su apoyo a la Corte Penal Internacional (CPI).
Para cumplir este compromiso, el 23 de mayo de 2016, precisamente en ocasión de una reunión celebrada entre representantes de la Unión y la Corte Penal, la Unión Europea decidió establecer el Día Europeo de la lucha contra la impunidad de los crímenes internacionales más graves.
La iniciativa tiene por objetivo conmemorar a las víctimas de los crímenes internacionales más graves, elevar la concienciación y promover la lucha contra la impunidad, reconociendo los esfuerzos comunes de la Unión Europea y de los Estados miembros de la UE para hacer cumplir el derecho penal internacional.
Este año la celebración de esta efeméride adquiere un significado aun más relevante. La terrible invasión rusa contra Ucrania, que ha dado lugar a una oleada de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, ha provocado una movilización internacional como pocas en las últimas décadas.
A finales de marzo se constituyó un equipo conjunto de investigación por parte de Lituania, Polonia y Ucrania, coordinado por la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Judicial Penal (Eurojust) y en el que participa también la Fiscalía de la CPI, lo que constituye un hito histórico al ser la primera vez que, desde su creación en 2002, este tribunal independiente participa, de forma conjunta, con otros países.
Además, el jueves pasado el pleno del Parlamento Europeo ha aprobado revisar la propuesta de la Comisión Europea de reforzar el mandato de Eurojust para incluir la recogida, preservación y puesta en común de pruebas de crímenes de guerra, entre ellas imágenes de satélite, fotografías, vídeos, grabaciones de audio, perfiles de ADN y huellas dactilares. De esta forma, a través de la conservación de manera más permanente de los documentos, grabaciones y otras pruebas que se registren durante el conflicto y su almacenamiento con garantías de seguridad, se facilitaría la colaboración con las diferentes autoridades involucradas en las investigaciones.
En la misma sesión el Parlamento también ha pedido que la Unión Europea apoye la creación de un tribunal internacional especial para la sanción del crimen de agresión perpetrado contra Ucrania, sobre el que la Corte Penal Internacional (CPI) no tiene jurisdicción.
Este renovado compromiso institucional a favor de la lucha contra la impunidad, sin duda, merece ser celebrado. Sin embargo, el Día Europeo de la lucha contra la impunidad de los crímenes internacionales más graves nos recuerda que estas atrocidades no tienen límites geográficos.
Esperamos, por tanto, que los grandes avances que se han producido en estos últimos meses allanen el camino para que la comunidad europea redoble sus esfuerzos para vigilar y dar respuesta a todos aquellos actos atroces ocurridos tanto en Ucrania como en todos los demás lugares del mundo, sobre todo en aquellos que hasta ahora han recibido menos atención y ayuda internacional.
Alessia Schiavon, Responsable del Departamento Legal de FIBGAR.
Madrid, 23 de mayo de 2022.
