Buenas noticias
Son buenas noticias que se vuelva a legislar sobre Memoria Histórica y Democrática, sobre todo en un tiempo en el que el resurgir de la extrema derecha es una realidad. Y no sólo en España, como hemos podido comprobar. Por ello es de suma importancia recalcar y enfatizar el principio de no repetición, poniendo el acento en las víctimas y su derecho a la verdad, la justicia y la reparación.
Vamos muy tarde, demasiado tarde. Que la dictadura acabara formalmente en 1978 y que no se hubiera legislado hasta 2007, es suficientemente elocuente. Las víctimas de la represión, las familias de los fusilados y desaparecidos, han pasado demasiado tiempo sin reconocimiento ni respaldo por parte del Estado en su legítima búsqueda de sus seres queridos en las numerosas fosas comunes que dejó la posguerra y el franquismo por toda la geografía española. Este anteproyecto de ley va mucho más allá que la Ley 52/2007. Hoy se da un paso más al asumirse esta tarea ya no como una facultad de las administraciones de colaborar con las víctimas, sino como un deber del Estado para con las víctimas y ante la comunidad internacional.
Este anteproyecto, tal y como versa su preámbulo, tiene por objetivo “articular una respuesta del Estado para asumir los hechos del pasado en su integridad, rehabilitando la memoria de las víctimas, reparando los daños causados y evitando la repetición de enfrentamientos y cualquier justificación de regímenes totalitarios”. Se compromete con el futuro y la defensa de la democracia española, la paz, la dignidad humana, el pluralismo y la condena de totalitarismos políticos. Para ello múltiples medidas y objetivos han sido propuestos en este anteproyecto. Uno de los más llamativos, por su importancia, es el declarado propósito de fomentar la cohesión y solidaridad entre las diversas generaciones en torno a los principios, valores y libertades constitucionales, mediante la prohibición de actos públicos (art. 39), símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática, esta vez sancionando tales conductas.
Pero también hay importantes novedades en Educación. En el artículo 45 se establecen medidas en materia educativa y formación del profesorado, algo ciertamente imprescindible, así como la investigación y la promoción de los valores democráticos en actos públicos. Es indispensable que los jóvenes sepan lo acontecido tras el golpe de Estado, la Guerra Civil y la posterior dictadura, con una narrativa en las aulas que esté orientada al respeto a los derechos humanos y a los valores democráticos.
Otro aspecto de enorme trascendencia es el impulso que se da a los Lugares de Memoria Democrática (arts. 50 – 56), espacios que no solamente tendrán una finalidad conmemorativa sino además didáctica, entre los cuales destaca la resignificación del polémico Valle de los Caídos (art. 55)
Este anteproyecto quería dar respuesta o solución a aquellas cuestiones pendientes en el ámbito de protección de las víctimas de la guerra civil y el franquismo, que la Ley 52/2007 no cubría. Se ahonda mucho más en la definición de víctima dando un abanico de situaciones y “tipos de víctima” – por llamarlo de algún modo – extendiendo ese reconocimiento a sus familiares y a todas aquellas personas víctimas de exilio. Los artículos 8 y 7 establecen el Día de recuerdo y homenaje a todas las víctimas (31 de octubre) y el Día de homenaje a las víctimas del exilio (8 de mayo).
El anteproyecto prevé la elaboración de un Censo Nacional de Víctimas, para no olvidar quiénes sufrieron y murieron durante y tras la Guerra Civil. En relación con la búsqueda de personas desaparecidas, se amplía el marco anterior y la competencia se atribuye a la Administración General del Estado, para poder ayudar a todas las víctimas en su tan dolorosa búsqueda. Numerosas instituciones se crearán para asumir como deber estatal propio la búsqueda de víctimas, tales como: (1) el Consejo Territorial de Memoria Democrática; (2) el Banco Nacional de ADN de Víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura; (3) el Consejo de Memoria Democrática, y (4) la Fiscalía de Sala para la investigación de los hechos producidos con ocasión de la Guerra Civil y la Dictadura.
Algo también innovador y necesario ha sido la inclusión de la figura de la mujer. La mujer ha sido invisibilizada y eliminada sistemáticamente de todos los campos – excepto del doméstico – y es importante que se conozca su obra, su vida intelectual y política, específicamente en la promoción y defensa de los valores democráticos y los derechos humanos. Esto es importante por múltiples razones, sobre todo en la lucha hacia la igualdad, así como para conocer esa cara oculta de la historia y la cultura española, y también como fuente de inspiración para las y los jóvenes. Además, se promueven medidas para la difusión y conocimiento de las limitaciones y discriminaciones que ha soportado la mujer durante la dictadura.
También se establece un régimen sancionador bastante amplio, realizando un listado de infracciones muy graves, graves y leves. Cualquier persona podrá denunciar las infracciones previstas en esta ley. Es importante que las infracciones tengan una consecuencia para evitar la dejación de funciones cuando las autoridades de turno no tienen suficiente compromiso con la memoria democrática.
Ya era hora de que incomodase que la gente siguiera cantando el Cara al Sol, ondeando la bandera del aguilucho o haciendo el saludo fascista como si nada. La Memoria Histórica y Democrática se consigue dejando claro qué no se van a permitir retrocesos y que es un deber del Estado educar en los valores democráticos. La dictadura franquista ha hecho mucho daño y aún hoy su exaltación lo sigue haciendo. No hay que olvidarlo. Debemos eliminar los resquicios por los que se cuela en el presente el fascismo que llevó a nuestro país a vivir una de las épocas más oscuras de su historia.
Irene Ortega, colaboradora. Rodrigo Lledó, director. FIBGAR