CJU15 Zaffaroni defiende la persecución internacional de los delitos ecológicos
Buenos Aires 10 de septiembre. El juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Raúl Zaffaroni señaló hoy, en el transcurso de la segunda jornada del Congreso Internacional de Jurisdicción Universal en el siglo XXI que este periodo será el “tiempo crucial en el que se determinará si la especie humana seguirá caminando en un futuro inmediato en el planeta” o, si al contrario, estamos ante el epílogo de nuestra especie por el agotamiento de los recursos naturales. Zaffaroni, que disertó sobre la protección jurídica del medio ambiente, manifestó que los actuales estándares de consumo son insostenibles y que estamos en un punto muy cercano al de no retorno. Para el juez, es conveniente que la Jurisdicción Universal se ocupe de estos temas, pero cree que la inclusión de los delitos económicos graves en el listado de crímenes de lesa humanidad no disuadirá a los poderosos de seguir atentando contra la naturaleza.
“Estamos en una situación en el que un 30% de la población consume lo que nunca va a poder consumir y cada vez descubre más necesidades de consumo mientras que el resto apenas tiene lo que necesita para vivir”, comentó Zaffaroni quien resaltó que este sistema de consumo, basado en la “emisión de carbono” puede llevarnos a situaciones ambientales irreversibles. En los últimos años “se han triplicado el número de catástrofes climáticas”, destacó el jurista quien incidió en la necesidad de implicar al derecho en la defensa del medio ambiente “por una mera cuestión de supervivencia”. Pero “de esto se habla poco” ya que el debate es minimizado o, sencillamente silenciado por parte de los grandes medios de comunicación que “forman parte del capital transnacional concentrado”.
En este sentido, indicó el juez, será difícil elevar la catalogación de los delitos medioambientales como crímenes susceptibles de ser juzgados bajo el paraguas de la Jurisdicción Universal. Porque todo, sostiene Zaffaroni, depende de cómo de lejos se está del poder financiero. “Cuidado con tipificar internacionalmente este tipo de delitos porque el poder punitivo, mal que nos pese, tiene una característica estructural y es que se reparte en función de la vulnerabilidad del que lo recibe: cuanto más cerca se está del poder menos vulnerable se es”, indica Zaffaroni. Por ello hay que ser consciente de la lucha que este tipo de discursos ecológicos está poniendo sobre la mesa y que centran la atención en la periferia y no en los países centrales, sedes de las compañías transnacionales que expolian el medioambiente.
Zaffaroni señaló que la aplicación de la Jurisdicción Universal ante delitos medioambientales graves no va a resolver del todo el problema, pero que esta herramienta si se puede usar para “poner de manifiesto las operaciones de esas grandes empresas que causan desastres medioambientales”. “Tenemos que reconocer personería a la propia Naturaleza y es de América Latina de dónde tiene que surgir esta propuesta y debe ser universal”. En este sentido, el juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pese a reconocer la validez y necesidad de la propuesta, señaló que creer en el poder preventivo de la acción penal “es un error”. “En los casos de delitos graves, si alguien no es alcanzado por la acción penal es porque está cercano al poder”, finalizó.
Se está celebrando en Buenos Aires este II Congreso de Jurisdicción Universal organizado por FIBGAR. Expertos de todo el mundo reclaman la necesidad de “dar un paso hacia adelante” en la consagración del principio de Jurisdicción Universal. Baltasar Garzón, aseguró en la inauguración del foro internacional que de nada sirve hablar en comités de expertos si el debate sobre la necesidad de luchar contra la impunidad no se instala en la sociedad. Instó a los expertos que debaten el documento de nuevos principios de jurisdicción universal, a que saquen el debate sobre la necesidad de luchar contra la impunidad a la calle y que impliquen a la sociedad entera en la tarea de “no dar un solo paso atrás”.
El objetivo, resumió, es lograr un nuevo catálogo de principios que aborden otros aspectos fundamentales y sirvan para garantizar “condiciones de vida dignas para toda la población” y “la conservación del medio ambiente”. En este sentido, el presidente de FIBGAR señaló que la inclusión de los delitos económicos graves en el listado de crímenes de lesa humanidad es clave ya que “anteponer los intereses y la especulación agranda las diferencias y nos destruye como seres humanos y como pueblos”.
