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FIBGAR / Crimen organizado y corrupción  / Contra la corrupción, las nuevas tecnologías adquieren un papel fundamental, además de la formación y la educación

Contra la corrupción, las nuevas tecnologías adquieren un papel fundamental, además de la formación y la educación

Una gestión cotidiana como es el pago de la fianza de una obra pública fue el punto de partida. “A la hora de abonarla, nos dimos cuenta de que esa obra no se había llegado a realizar, y lo que es peor, nadie había comprobado el cumplimiento de los distintos plazos de la obra”.  Alfons Puncel, subsecretario de laConselleria de Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación, explicaba así el origen de Corrupción Zero, un proyecto que lleva desarrollándose casi dos años, organizado por la Fundación Internacional Baltasar Garzón (FIBGAR) y cuyo objetivo es el de diagnosticar y prevenir las malas prácticas en la Administración y en la gestión pública.

Bajo el paraguas de Corrupción Zero, en colaboración con Fundación por la Justicia, se celebraron en Valencia dos jornadas de trabajo la pasada semana, en las que se debatieron y se reflexionó sobre los ejes principales de este proyecto. Grandes expertos compartieron los conocimientos clave en cuanto a la aplicación de software a la lucha contra la corrupción, el desarrollo de una vigilancia informática, el papel de la sociedad en esta lucha y la importancia de la formación en la misma. Y tras estas dos jornadas, Baltasar Garzón, presidente de FIBGAR, clausuró el ciclo de trabajo en el Paraninfo de la Universidad de Valencia, en la mañana del viernes.
Junto a él, profesionales como Renata Ávila, Luis Jorge Garay, Ana Móner Romero y Ana María Fuertes Eugenio, también participantes en las mesas, comentaron los resultados de lo debatido en las dos jornadas. Como principales conclusiones podemos destacar la necesaria educación en valores de nuestra sociedad y la transparencia vigilada, además de la aplicación de la tecnología como factor fundamental.

Valores, nuevas tecnologías y formación de la ciudadanía

Tras los resultados, Baltasar Garzón, clausuró las jornadas con su ponencia sobre Los desafíos actuales en la lucha contra la corrupción. El presidente de FIBGAR fue muy crítico con esta lacra: “Los jueces tenemos que ser el espejo en el que la sociedad se refleje”, señaló, “en el que la transparencia se retrate. El gobierno también, porque van a dictar nuestro destino”. En este sentido, mencionó que “la corrupción no tiene color, aunque se le disfraza de ideología para ser ellos o nosotros”. De esta manera, el camino para atajarla es complejo: “El día que realmente superemos esa ideologización habremos conseguido un estadio realmente democrático, y eso nos va a llevar a los siguientes estadios”.

Garzón realizó una reflexión sobre la evolución que la corrupción ha seguido en nuestra sociedad. “Es verdad que los golpes que nos hemos ido dando nos han hecho ser más conscientes de que se trata de un problema que nos ataca a todos. Por ello son fundamentales los sistemas de participación activa. Esto no es solo responsabilidad de las instituciones públicas, es un fenómeno de corresponsabilidad”, opinó.

Y en lo que respecta a los ejes que sustentan el proyecto Corrupción Zero, que aplica sistemas de algoritmos con el fin de detectar las malas prácticas en la Administración, declaró cómo “las nuevas tecnologías tienen un papel fundamental. Hace falta educación en valores, reforzamiento de la ética, pero también un aprendizaje muy grande respecto a ellas”. Un aprendizaje en todas las esferas, porque “hoy día hablas de algoritmos a un tribunal y se echan a temblar. Pero es verdad que la tecnología necesariamente tiene que penetrar”.

La formación de la ciudadanía es otro de los aspectos más relevantes. “La indiferencia no es una opción, porque estamos potenciando espacios de opacidad y después no nos podemos quejar con lo que nos venga. Somos corresponsables de que quien nos represente se ciñan a una ética”, señaló Garzón. Como contrapartida, la persona que aspira a un puesto en la política, adquiere una responsabilidad añadida: “se compromete con la ciudadanía a cumplir un contrato que ha suscrito con sus votantes. A partir de ahí, ésa es su ley. De modo que, si esa ley no se cumple, desde el momento en que se inicia una investigación judicial debería abandonar el puesto”.

Se trata de un ejercicio individual, pero también colectivo, contra la corrupción. Todos somos responsables. “Y este ejercicio que estamos haciendo aquí es indispensable para que, una vez se ponga en marcha la creación de una norma contra la corrupción, se pueda aplicar”. Un buen ejemplo es la necesaria protección sobre los alertadores: “¿A cuántos estás dispuesto a proteger? ¿Tú quieres ser un alertador?”, Garzón lanzó la pregunta al aire. “Si no somos capaces de dar la protección a estas personas que se la juegan”, finalizó, “estamos contribuyendo a la impunidad de la corrupción”.