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Da comienzo el curso Acciones preventivas en violencia de género: desde las políticas públicas a la acción ciudadana

Jaén, 10 junio. El juez Baltasar Garzón dirige la novena edición de los Cursos Universitarios de Verano de Torres (Jaén), una cita académica que, entre los días 21 y 25 de julio, permitirá a los alumnos de la Universidad de Jaén, y todo aquél interesado, conocer la situación actual de la justicia en España.

De este modo, la ciudad natal del magistrado se convierte un año más en el lugar perfecto para localizar estos cursos estivales, centrados en la defensa y la promoción de la Justicia y con los que FIBGAR se compromete anualmente mediante la elaboración de algunos de sus contenidos.

Actualmente, los días 23 y 24 de julio, FIBGAR organiza el curso “Acciones preventivas en violencia de género: desde las políticas públicas a la acción ciudadana”, que pretende enfatizar las labores de prevención y sensibilización en la sociedad contra los actos de violencia machista.  Paloma Soria Montañez, abogada y miembro de la plataforma Women’s Links Worldwide y Miguel Lorente Acosta, médico forense y exdelegado de Gobierno en Violencia de Género, entre otros, comparten sus experiencias con los asistentes.

Conferencia inaugural: “Estrategias para la igualdad de género: una mirada a la justicia”

            Diego Montesinos, alcalde de Torres, ha presentado este curso, haciendo hincapié en la necesidad de que “la lacra de la violencia de género no continúe” e instando a las chicas jóvenes a que estén “atentas a cualquier indicio”

            Fanny Rubio, escritora y codirectora del curso, ha hablado de cifras europeas y españolas. “El 6% de la población femenina ha sufrido violencia sexual, y sólo el 15% de éstas lo reconoce”, ha lamentado, poniendo en boga situaciones que no se reconocen, como la violencia psicológica o la violencia de género hacia las prostitutas. “España ha descendido seis puestos en el ránking de prevención de violencia de género de Europa”, ha continuado, “pero nuestro curso no es sólo hablar de estadísticas, o la situación, sino que vamos a hablar de educación y prevención. Ésta es la novedad”. “La educación es la única manera de que podamos evitar este feminicidio soterrado”, ha remachado.

            Esther López Zafra, profesora titular de Psicología Social de la Universidad de Jaén, ha reflexionado acerca de lo que se percibe en la actualidad como violencia de género. “La crisis ha arrastrado muchas de las políticas públicas en este sentido, pero si no cambiamos nuestra mentalidad, será imposible acabar con la desigualdad”, ha afirmado.

Ha llegado después el turno de Paloma Soria Montañez, abogada y miembro de la Plataforma Women’s Link Worldwide, a cargo de la cual ha corrido la conferencia inaugural de estas jornadas. Soria Montañez ha repasado la historia de los marcos y normas que promulgan la igualdad para la mujer, con hitos como la Conferencia de Beijing, la Conferencia de Viena de 1993 y Desarrollo de El Cairo. En 1979, la adopción de Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer resultó fundamental. La abogada ha resaltado que “la eliminación del estereotipo es fundamental para lograr los derechos de las mujeres”. También ha mencionado en profundidad la Ley Integran Contra la Violencia de Género de 2004

“Desde Women’s Link, creemos que estas normas son vitales, pero es necesario implementar estas normas y que haya un refuerzo de los sistemas de justicia”, ha continuado. Así, esta organización de Derechos Humanos se dirige a los tribunales para lograr que la justicia se imparta, promoviendo que la sociedad civil inicie un diálogo con dichos tribunales. Representativo es el caso el caso de Ángela González, una mujer víctima de violencia de género que huyó de su agresor, y cuya hija fue asesinada por el mismo en una de sus visitas no vigiladas. El caso de Ángela, según Soria, “permite revisar la implementación de la Ley Integral de VG”. Esta ley comenzó a llevarse a cabo hace 10 años y, según la abogada, “seguimos teniendo las cifras de violencia más altas en Violencia de Género”. Soria ha entrado después en materia acerca de materias preventivas, señalando que “es necesario recibir el apoyo de agentes estatales para acabar con la violencia de género”.

 “En el contexto en el que estamos, invito la sociedad civil a que exijan a los jueces y juezas que actúen”, ha concluido. “Hay que lanzar el mensaje de que no va a haber tolerancia y exigir también reparaciones para las mujeres que sufren violencia”.

Mesa redonda: “Un tema de salud pública”

La moderadora, Ana García León, profesora titular de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico y Directora del Departamento de Psicología y Psicóloga Clínica de la Universidad de Jaén, ha hablado acerca de la Ley Integral de Violencia de Género, destacando las medidas que se incluyen en la misma. “La ley luego debe ser traducida en una serie de acciones concretas. Es fundamental también el papel de otros colectivos”, ha argumentado.

Mª Ángeles Merino Álvarez, trabajadora social del Complejo Hospitalario de Jaén y psicóloga-psicoterapeuta en el Gabinete Alameda, ha sido la primera en exponer su ponencia, desde su experiencia práctica en violencia de género desde hace 12 años, y centrándose en la violencia psicológica. “En estos años, jamás he encontrado ningún parte que sólo incluyera violencia psicológica. Es una de las asignaturas pendientes en salud”, ha comenzado. “El maltrato físico es más evidente, aunque nos queda mucho camino por recorrer”. Merino ha transmitido la idea de que “existe un estereotipo de mujer maltratada, cuando no hay un perfil. Hemos de tenerlo claro”. “La mayoría de los malos tratos que reciben las mujeres son psicológicos. Las investigaciones afirman que lo habitual es que las manifestaciones psicológicas suelen aparecer previamente a los malos tratos físicos, y tienen repercusiones físicas en la salud de las mujeres”, ha agregado.

Las mujeres muchas veces no reconocen esta “violencia invisible”, maltrato de baja intensidad, ya que lo considera “como normal en su relación de pareja”. Ha reflexionado también sobre la depresión de género y su diferencia con la depresión exógena. La primera “sólo se produce en mujeres, y sus causas son exclusivas del maltrato de género”. “Es fundamental que la mujer descubra la relación entre sus síntomas y su situación de maltrato”. También es imprescindible la formación de los y las profesionales, e “intervenir en educación sanitaria”

Juana Pérez Villar, profesora de la Universidad de Jaén, en el Área de Trabajo Social y Servicios Sociales, ha tomado la palabra después, comenzando su exposición tratando la vinculación entre la crisis y la crisis económica, con la disminución de las denuncias por malos tratos en 2013.“Seguimos perpetuando la invisibilidad de lo que está ocurriendo”, ha indicado. Ha puesto como ejemplo el informe de la Unión Europea sobre violencia de género, que señala que un tercio de mujeres europeas sufren VG. En dicho informe se hacen recomendaciones como considerar el tema como algo público y no privado. “Hay que reflexionar sobre el tratamiento de la VG en nuestra sociedad: en las novelas, los medios de comunicación, las películas…”.

También ha resaltado que los estereotipos hacia la mujer nacen ya en el seno familiar. “Nos tenemos que dar cuenta de la diferencia entre violencia de género y violencia doméstica”, ha añadido. “La violencia de género se produce simplmenete por ser mujer, porque los hombres se creen superiores”.

Ha tomado la palabra a continuación Miguel Lorente Acosta, profesor titular de Medicina Legal en la Universidad de Granada, médico forense y ex delegado de Gobierno en violencia de género. “Cada 10 minutos, una mujer es asesinada en el mundo como consecuencia de la VG. Unas 288 mujeres serán asesinadas durante el tiempo que duren estas jornadas, y no se producirán 288 sentencias condenatorias”, ha comenzado con fuerza Lorente. “Las mujeres son asesinadas fundamentalmente como consecuencia de la VG. Ningún otro problema afecta de manera tan directa a la salud de las mujeres”, ha afirmado. “Esto no se ve como un problema social de salud, aunque así lo reconoce la OMS”, ha dicho. “Cuando la normalidad está basada en la desigualdad, y ésta en la inferioridad de la mujer, que tenga consecuencias negativas se considera aceptable para la sociedad”, ha argumentado Lorente. “Cuando hablamos de machismo, hablamos de desigualdad desde el minuto uno, no sólo cuando llega a una situación crítica”. ”La acción directa desde el ámbito de la salud es fundamental. Exige formación y especialización”, ha concluido.

Ruth García Martín, coordinadora de la Unidad de Valoración Integral de la Violencia de Género del Instituto de Medicina Legal de Jaén, ha abordado el problema desde un punto de vista práctico. Ha explicado los pasos que se siguen en la Unidad de Valoración de la que ella forma parte a la hora de tratar los casos de VG. Ha resaltado la importancia de los informes de sanidad o la existencia del maltrato habitual en la relación de pareja. “Las mujeres no siempre están abiertas a relatarnos lo que les ha ocurrido. Hay que establecer una relación muy buena con ellas en apenas 90 minutos, en las que a veces te tienen que contar una relación de maltrato de 20 años, y nos sentimos limitadas”, ha lamentado. También ha hablado de las “dificultades” que se encuentran a la hora de tratar con los menores. “En muchas ocasiones en las que hay separación, la VG sigue a través de los hijos”. “Estamos viendo un aumento de las situación de violencia de género en los domicilios a raíz de la crisis, ya que los hombres están más tiempo en casa y descargan su frustración en la mujer”, ha argumentado. “No hay un patrón establecido en la VG”, ha explicado también.

            Ha correspondido por último el turno de intervención a Sonia Cruz Coronado, psicóloga especialista en violencia sexual de la Fundación Aspacia y parte del equipo técnico del informe “Violadas y expulsadas”. Su ponencia ha versado sobre la violencia de género en relación con las mujeres migrantes, a través de este informe, que “denuncia la falta de diligencia en la investigación, sanción y reparación en las migrantes en situación irregular en España”. Estas mujeres “están en una situación de total indefensión porque son ciudadanas de segunda”. Así, ha tratado la gravedad de la violencia sexual hacia las mujeres, cuya raíz está en la discriminación de la mujer. “El 35% de las mujeres sufrirán violencia sexual a manos de su pareja o personas distintas. Este tema es una epidemia que necesita de la atención permanente”, ha añadido. Las leyes que regulan estas situaciones, como la Ley 1/2004, según Cruz, tienen varias lagunas. La Ley de Extranjería, por ejemplo, es discriminatoria, ya que “no paraliza las expulsiones en caso de violencia sexual hacia la mujer”. También existe una falta de políticas públicas y planes que creen recursos de atención especializada en materia de violencia sexual.

“También hay factores culturales discriminatorios que tienen que ver con los estereotipos y los mitos. En las mujeres migrantes se unen estos mitos con los relacionados con los nacionalidades, y los presentes en los juzgados, como que denuncian la violencia sexual para regularizar su situación”, ha reclamado la psicóloga. Esto tiene graves consecuencias sobre la salud de la mujer, “tanto en base a cómo fue esta violencia directa, como en pero también la victimización que ha sufrido esta mujer después”. Desde Aspacia, se reclaman normas directas asistan a las mujeres víctimas de la violencia sexual o el acoso, junto con reformas en la Ley de Extranjería y el Decreto Ley Sanitario, y la formación de personas que se especialicen en este tema. Cruz ha querido terminar con datos esperanzadores, explicando que “desde 2009 hemos mejorado en esta materia. Aunque el panorama es difícil, sí hay buenas prácticas”