Día de la Justicia Social: Optemos por los humanos
Práxedes Saavedra. Abogado. FIBGAR
Madrid, 20 de febrero de 2016. Abre la página web de las Naciones Unidas dedicada al día de hoy: «La justicia social es un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera, dentro y entre las naciones. Defendemos los principios de justicia social cuando promovemos la igualdad de género o los derechos de los pueblos indígenas y de los migrantes. Promovemos la justicia social cuando eliminamos las barreras que enfrentan las personas por motivos de género, edad, raza, etnia, religión, cultura o discapacidad«. ¿Qué es por lo tanto la justicia social?
El concepto es relativamente nuevo, expresión de protesta ante los abusos laborales y emparejada con fraternidad y progreso, vinculado tradicionalmente con el espectro político de izquierda o centro-izquierda, entendido como sinónimo de «justicia distributiva». Sin embargo, no es tal la idea que subyace a la conmemoración en este capicúa 20 del 02 de la justicia social. Justicia social es la recentralización de la persona conviviente, es trascender la lectura fragmentada de nosotros mismos en textos de ciencias sociales. Para poder valorar o incluso promover la justicia social, primero hemos de pasar por reconocer que el Humano no vive en el vacío, que tal ente ideal no es el que vemos en el espejo o en el metro. Hemos de hacer nuestra primera corrección ortográfica y cambiar la mayúscula por minúscula: humano. Que sin embargo, si no vive en el vacío ha de vivir en otro lugar, en sociedad. El humano no vive, convive, y he aquí nuestra segunda corrección: optemos por el plural humanos.
El problema es que este «humanos» no es aquel que como factor productivo participa en el incremento de nuestro PIB o el que se disfraza de consumidor en nuestros manuales de economía. Tampoco es el sujeto de derechos que es igual a todos los demás en los instrumentos internacionales de Derechos Humanos. No es el actor de procesos políticos que terminan en la elección de este o aquel gobierno. Mejor dicho, «no es solo». El «humanos» de la justicia social es el resultante de unir todas las piezas que nos aportan, con su propia perspectiva, la economía, el derecho, la sociología, la ciencia política, etc. He aquí el quid de la cuestión: si completamos el puzzle, veremos al «humanos» como centro. Y es que la división de ciencias no deja de ser un modo de simplificar lo complejo del mundo para, y esta es la base de la justicia social, servir al «humanos» como individuo, en su relación con sus iguales y como miembro de la comunidad.
El día de la justicia social 2016: Una transición justa hacia economías y sociedades ambientalmente sostenibles para todos
Ya habiendo encontrado el común denominador de la igualdad de género, los derechos de los pueblos indígenas y los migrantes que menciona las Naciones Unidas, los humanos conviviendo en comunidad, este 2016 lo integramos en nuestro entorno físico, nuestro planeta. Complicamos más aún la labor de la justicia social para defender la igualdad de derechos, oportunidades, condiciones de vida, no solo de los que estamos aquí sino de los que están por llegar. La misión es, con el servicio de las ciencias sociales, conseguir que todos podamos desarrollarnos libremente sin que ello menoscabe, y aquí entran en servicio las ciencias naturales, las posibilidades de nuestros hijos y nietos. El «humanos» vuelve a ser uno conviviendo en una también que es su casa, el planeta tierra.
¿Y qué podemos hacer entonces nosotros en nuestro día a día? Solo sería necesario una cosa: recordar que lo central somos nosotros, los humanos. Recordarlo cuando nos relacionamos con nuestros iguales en el ocio y en el trabajo. Que cuando hacemos números como contable para mejorar la situación económica de una empresa, es para que finalmente mejore la situación de todos los que vivimos en comunidad. Que nuestro representado ante un tribunal es un representante del nosotros más amplio. En definitiva, que tus deseos y expectativas son los deseos y expectativas de un «humanos».