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Diálogo Interactivo del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre Justicia Transicional

El pasado 5 de marzo, en el marco del 58º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, se llevó a cabo la sesión dedicada al diálogo interactivo sobre el Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (A/HRC/58/36), publicado el 9 de enero de 2025. En esta reunión, se analizó el papel de la Justicia Transicional en la consolidación de la paz y el desarrollo sostenible, con especial atención al ODS 16: Paz, justicia e instituciones sólidas.

Durante la sesión, se presentaron las principales conclusiones y buenas prácticas recogidas en el Informe, que fueron extraídas de las consultas regionales llevadas a cabo con numerosos Estados y Organizaciones. De este modo, y pese a la diversidad de los entornos considerados, las experiencias analizadas en los procesos de transición han permitido extraer una serie de aprendizajes fundamentales que pueden ser trasladados, con las debidas adaptaciones contextuales, a cualquier escenario posterior a un conflicto o caracterizado por violaciones graves de los derechos humanos.

En un primer lugar, tal y como recalcó durante la sesión el Sr. Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en un escenario internacional propenso a la proliferación de conflictos, la Justicia Transicional debe entenderse como una herramienta fundamental para afrontar el pasado y construir una paz sostenible. No obstante, para maximizar su impacto, es esencial adoptar un enfoque holístico que abarque todas las dimensiones de la Justicia Transicional: verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición, a las que podemos añadir, políticas de memoria.

Del mismo modo, los distintos intervinientes, tras exponer la experiencia y medidas adoptadas en contextos específicos, subrayaron la importancia de adoptar un enfoque centrado en las víctimas, no solo a través del diseño e implementación de recursos efectivos y de medidas de reparación, sino también mediante la promoción de su participación activa, así como la de las organizaciones de la sociedad civil.

Este protagonismo resulta fundamental para potenciar su capacidad transformadora en sociedades más desarrolladas, justas y resilientes, capaces de superar los abusos del pasado y, a su vez, de incentivar a los actores políticos a adoptar medidas orientadas a la protección y garantía efectiva de los derechos humanos. No obstante, para que dicha participación sea verdaderamente efectiva, es imprescindible asegurar ciertas condiciones básicas, como la creación de espacios seguros para el intercambio de ideas, el acceso a apoyo jurídico y psicológico, y la incorporación de enfoques inclusivos que integren perspectivas multiétnicas, de género y generacionales, asegurando una participación significativa de la juventud.

El Informe, también documenta prácticas que pueden ser aplicadas incluso en contextos donde las condiciones resultan aparentemente desfavorables para la implementación de mecanismos de Justicia Transicional. Esto es posible gracias al carácter amplio y flexible de este enfoque, así como a la diversidad de medidas que lo integran, lo cual permite adaptarlo a las distintas realidades sociopolíticas. En este sentido, se destacan múltiples experiencias exitosas desarrolladas en diversos Estados, subrayando el impacto positivo de determinadas iniciativas, mayormente centradas en las víctimas, y proporcionando referentes valiosos para su posible réplica en otros escenarios.

Asimismo, enfatiza la relevancia del papel que pueden llegar a desempeñar los mecanismos y actores internacionales en contextos complejos, tanto como medios para apoyar y sentar las bases de los procesos de Justicia Transicional, como por el papel supletorio que pueden tener ante escenarios de inacción estatal. En este sentido, se destaca la utilidad de instrumentos como la jurisdicción universal y los mecanismos judiciales internacionales, que pueden actuar cuando los Estados no adoptan medidas efectivas para investigar y sancionar graves violaciones de derechos humanos.

A modo de conclusión, y a la luz de lo señalado tanto en el Informe como en la sesión del Consejo de Derechos Humanos, resulta evidente que el contexto actual se caracteriza por una creciente propensión a la aparición de nuevos conflictos y a la persistencia de crisis no resueltas. Ante este panorama, se vuelve imperativo que, tanto en el plano nacional como en el internacional, se promueva activamente la adopción de medidas orientadas a prevenir la recurrencia de la violencia y a sentar las bases para una paz duradera. En este sentido, los contextos transicionales ofrecen una oportunidad particularmente propicia para implementar dichas medidas, permitiendo consolidar procesos de reconciliación y garantizar la construcción de sociedades más justas e inclusivas; sociedades que, en última instancia, hagan posible un mundo en el que vivir en paz sea una realidad alcanzable para todas las personas.

Paula Gutierrez Gago, colaboradora de FIBGAR.

17 de abril de 2025