Alienum phaedrum torquatos nec eu, vis detraxit periculis ex, nihil expetendis in mei. Mei an pericula euripidis, hinc partem.

Blog

FIBGAR / Artículos  / Educación segura e inclusiva

Educación segura e inclusiva

La educación no solo es la base para una sociedad justa e igualitaria, sino que es también una de las claves para poder alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pues el acceso a una educación de calidad es el primer paso para evitar la pobreza, reducir las desigualdades, lograr la igualdad de género y fomentar la tolerancia entre personas.

Garantizar una educación adecuada, inclusiva y equitativa, así como promover las oportunidades de aprendizaje para todas las personas, completan lo que será el Objetivo 4 de la Agenda 2030, Educación de calidad.

La educación es un derecho fundamental al que aún algunos grupos no tienen acceso total. Las mujeres y las niñas constituyen uno de estos grupos con más dificultades para acceder a ella, sobre todo en África Subsahariana, Oceanía y Asia Occidental.

Estas desventajas que las mujeres más jóvenes sufren en cuanto a su educación, se acaban convirtiendo en una clara falta de oportunidades para acceder al mercado laboral en el futuro.  

Por otro lado, los niños y niñas con discapacidad también se encuentran con numerosas dificultades para acceder a una educación de calidad, pues en muchos casos necesitan un apoyo técnico, humano y material que los centros no están capacitados para ofrecer.

En ocasiones, la falta de este apoyo se traduce en complicaciones a la hora de desarrollar sus actividades cotidianas en las aulas, así como en la convivencia con sus compañeros, desembocando en situaciones tan graves como el acoso escolar. Situaciones que es necesario controlar y erradicar de manera efectiva.

La violencia en las aulas y el acoso escolar, incluyendo en este último el ciberacoso, son prácticas que lamentablemente están muy extendidas entre los centros educativos y que afectan a un número muy elevado de niños y adolescentes.

La UNESCO ha llevado a cabo un estudio en 144 países del que se desprende la gravedad del problema, concluyendo que casi uno de cada tres estudiantes de todo el mundo declaró ser víctima de acoso escolar durante el mes anterior.

Además, el organismo señala que el acoso escolar no solo afecta a los resultados académicos, ya que estos estudiantes tienen más probabilidades de faltar a clase, y por tanto tener un peor rendimiento, sino que también tiene un claro efecto sobre la salud pues “los jóvenes que lo padecen tienen el doble de probabilidades de sentirse solos, de no poder dormir por la noche e incluso de tener pensamientos suicidas”.

Si bien el informe de la UNESCO titulado Behind the numbers: Ending school violence and bullying (Detrás de los números: Poner fin a la violencia y el acoso escolar) es una evidencia de la existencia y la actualidad de esta problemática, también demuestra que algunos países han hecho progresos para reducir y contener este tipo de violencia.

La Subdirectora General de Educación de la UNESCO, Stefania Giannini, dijo: “Nos alienta enormemente que casi la mitad de los países sobre los que se dispone de datos hayan reducido las tasas de violencia escolar y de intimidación. Esto demuestra que, a través de una combinación de un fuerte liderazgo político y otros factores como la formación, la colaboración, la información y el seguimiento, podemos aliviar el clima de miedo creado por el acoso escolar y la violencia. Todos los niños, niñas y jóvenes tienen derecho a un entorno de aprendizaje seguro, inclusivo y eficaz”.

Por lo tanto, debemos colaborar todos para lograr este objetivo, teniendo como meta final, no solo que todos los niños y niñas tengan acceso a una educación de calidad, sino que este entorno sea lo más seguro, inclusivo y eficaz posible.

Además, la educación es un derecho fundamental con un papel primordial en los derechos humanos, pues estos corren el riesgo de quedarse en conceptos abstractos sin ningún significado real a menos que las personas establezcan vínculos entre ellos y su vida cotidiana.

Educar en derechos humanos es la mejor forma de trasladar conceptos como el de la igualdad o la tolerancia a la vida de las personas, creando sociedades más empáticas con las experiencias de los demás.

Sin ninguna duda, alcanzar este objetivo hoy, supone estar más cerca de alcanzar el resto de ODS en el futuro.

Isabela López De Castro, colaboradora de FIBGAR.