España es uno de los países que más casos de whistleblowers presenta
La Universidad Complutense de Madrid fue escenario el pasado jueves de la charla “Propuestas de protección a los denunciantes de corrupción”, en la que participó Bruno Galizzi, del departamento de Proyectos de la Fundación Internacional Baltasar Garzón (FIBGAR), como representante del proyecto A Change Of Direction. Junto a Elisa de la Nuez, secretaria de la Fundación Hay Derecho, y Veronika Nad, de Blueprint for Free Speech, el debate puso sobre la mesa las acciones que se están poniendo en marcha en el trabajo de protección a los whistleblowers o denunciantes de corrupción.
Tras la intervención de Elisa de la Nuez, que presentó una comparativa de las recomendaciones de organismos internacionales, Bruno Galizzi explicó los puntos más importantes del proyecto y la necesidad de alcanzar su objetivo: “Lograr una directiva europea en materia de protección de denunciantes”. En su ponencia, destacó la importancia del trabajo realizado en materia de investigación: “Es esperanzador si echamos la vista atrás, se han desarrollado leyes en varios países que nos han otorgado grandes avances en este proyecto”. Y es que en algunos estados como Países Bajos se ha creado un centro de whistleblowers que bien puede servir de guía para otros países, con una doble función: por un lado, el apoyo y soporte de denunciantes; por otro, el establecimiento de un sistema de investigación para llevar adelante la gestión de las denuncias.
Como parte del proyecto, Galizzi explicó la puesta en marcha de distintas propuestas y el involucramiento de FIBGAR dando apoyo en la realización de las enmiendas de los particos políticos. “La pieza inicial tiene muchas carencias”, señaló, “y es nuestra responsabilidad enriquecerla”. Y posibilidades no faltan. “El contexto español ofrece circunstancias muy particulares: según datos de Transparencia Internacional, un 72% de la población se implicaría en la lucha contra la corrupción, y un 92% afirma que denunciaría un caso de corrupción”. Sin duda, es un problema sobre el cual la preocupación va creciendo en la sociedad. “España es uno de los países que más casos de whistleblowers presenta, es uno de los escenarios más fructíferos para esta lucha y nosotros tenemos la oportunidad de generar un cambio”.