FIBGAR aplaude la propuesta de la UE en la protección de whistleblowers
La lucha por la protección de los alertadores ha dado un paso más esta semana. La Comisión Europea ha propuesto una directiva para proteger los alertadores y denunciantes de corrupción. La propuesta, más ambiciosa de lo que esperaba gran parte de los observadores, incluye definición amplia de alertador, cubriendo tanto el sector público como el privado; exigiendo que se establezcan varios canales de denuncia y permitiendo estableces denuncias a través de canales externos de ser necesarios. Así mismo, la propuesta no incluye la implementación de un «test motivacional» a la hora de realizar una denuncia; lo que también significa un paso en la dirección correcta.
A pesar de ser un proyecto bastante ambicioso, la propuesta falla cuando refiere a algunas de las recomendaciones internacionales en la temática. Por un lado, no garantizaría una protección horizontal de denuncias de malas prácticas en contra del interés público, y tampoco garantizaría el anonimato, lo que en varios países miembros de la Unión Europea es todavía un punto en discusión. Entre ellos, España tampoco garantizaría el anonimato a quienes decidan denunciar o informar sobre una mala práctica, en caso que el presente proyecto de Ley de Lucha Integral contra la Corrupción y la Protección del denunciante se aprobara.
La propuesta no sólo abarca al mercado financiero de la Unión Europea o el funcionamiento de los mercados individuales, sino que también considera garantizar protección a los que presenten información de malas prácticas contra el medioambiente, en asuntos nucleares, de protección de la privacidad y datos personales, sistemas de salud, entre otros.
Para FIBGAR, donde estamos trabajando en la defensa de los whistleblowers desde hace dos años, es toda una satisfacción. Sin duda, es un hito importantísimo que cuenta con aspectos positivos gracias a la implicación de muchas organizaciones expertas, y sobre todo de cara a que estas propuestas se implementen en los distintos países miembro, todo un desafío para España.
El siguiente paso es la aprobación del Parlamento y del Consejo, por lo que aún queda un largo recorrido por delante. ¡Desde FIBGAR seguimos trabajando!
