FIBGAR rechaza la violencia sobre las mujeres y reclama la liberación de las estudiantes secuestradas en Nigeria
La Fundación Internacional Baltasar Garzón (FIBGAR), su presidente, su patronato y todas y todos los trabajadores de esta muestran su rechazo y condena a los actos terroristas de grupos como Boko Haram en Nigeria, que han causado la muerte indiscriminada a centenares de personas y han privado de libertad a decenas.
En concreto, FIBGAR reclama la liberación inmediata de las más de 200 niñas y jóvenes que fueron secuestradas en una escuela de secundaria de en Chibok, en la convulsa región de Borno.
Ha pasado ya un mes desde su rapto, el pasado 14 de abril, y se sigue sin tener pistas concluyentes de su paradero. Estados Unidos y otros países del norte han ofrecido su ayuda militar al ejército nigeriano para localizarlas y liberarlas. Una ayuda que ha tardado en llegar desde la comunidad internacional, que tardó semanas en responder al llamamiento de madres y padres que reclaman cada día la vuelta a casa de sus hijas. Las jóvenes que pudieron huir del secuestro narran violaciones, esclavitud y violencia contra ellas por parte de sus captores, que ya han amenazado con venderlas en el mercado de personas.
La educación, un derecho fundamental
Este acto no sólo persigue perpetuar la violencia en Nigeria, sino que lanza un mensaje en contra de las mujeres, niñas y jóvenes de toda África. Para la milicia radical islámica Boko Haram y para otras que actúan gran parte de África, la educación debe ser exclusiva para el género masculino y asegura que la educación occidental ‘es pecado’. El secuestro de las más de 200 niñas ha causado que sean muchas las familias que no dejan que sus hijas acudan a la escuela por temer por su seguridad.
La falta de acceso a una educación de calidad causa desigualdad y empobrecimiento. Por eso desde FIBGAR exigimos a la comunidad internacional y al Gobierno nigeriano que destinen los recursos necesarios a la liberación de las niñas y jóvenes. A su vez, pedimos a estos mismos agentes que, una vez conseguido el rescate, apoyen a Nigeria y al resto de los países de la zona en asegurar la educación a todas las niñas y niños.
