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— La no violencia: el arma de los fuertes

La no violencia es la mayor fuerza a disposición de la humanidad. Es más poderosa que el arma de destrucción más poderosa concebida por el ingenio del hombre” (Mahatma Gandhi).

Mohandas Karamchand Gandhi, más conocido como Mahatma Gandhi, fue el principal líder del movimiento independentista de la India y pionero en la estrategia de la no violencia como método de acción política.

Nacido el 2 de octubre de 1869, Gandhi impulsó el pacifismo como estrategia para alcanzar un claro objetivo político, nada menos que conseguir la independencia de la India del régimen colonialista del Imperio Británico sin entrar en guerra, aferrado firmemente a los ideales de concordia y no violencia activa, sellando así su vinculación con la resistencia pacífica.

Su influencia en el mundo ha sido enorme pues sus pensamientos y actos relativos a la no violencia fueron fuente de inspiración para una diversidad de movimientos pacifistas posteriores a la Segunda Guerra Mundial y para líderes antirracistas, como Martin Luther King o Nelson Mandela.

Consecuentemente, en honor a este gran pacifista, el 15 de junio de 2007 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución A/RES/61/271 para declarar el día 2 de octubre como el Día Internacional de la No Violencia.

En esta resolución, se destaca la importancia de la no violencia y la correlación de esta con elementos como la tolerancia, el respeto de todos los derechos humanos y libertades fundamentales, la democracia, el desarrollo, el entendimiento mutuo y el respeto de la diversidad.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera el principio de no violencia, también llamado como la resistencia no violenta, como aquel que rechaza el uso de la violencia física para alcanzar un cambio social o político. Por eso, ha sido definido también como la «política de la gente común«, es decir, una forma de lucha social que ha sido empleada por una variedad de poblaciones alrededor del mundo en campañas que han tenido a la justicia social como objetivo.

La acción no violenta ha sido definida como, “una técnica por medio de la cual las personas que rechazan la pasividad y la sumisión pueden llevar adelante su lucha sin violencia. La acción no violenta no es un intento por prevenir o ignorar el conflicto. Es una respuesta al problema de cómo actuar efectivamente en política, especialmente cómo ejercer el poder de manera efectiva».

Estas son las palabras del profesor Gene Sharp, que, partiendo de las ideas de Gandhi, desarrolló una teoría política para afrontar conflictos políticos mediante la no violencia, como bien se destaca en sus obras más famosas, como La política de la acción no violenta de 1973 o De la dictadura a la democracia de 1994.

En la época moderna, la no violencia ha dejado de ser entendida únicamente como sinónimo de pacifismo o evitación de la guerra, sino que pasó a adoptarse también por movimientos buscan el cambio social. Este suceso se dio gracias a la ampliación del concepto de paz, que ha pasado de ser considerada exclusivamente como “paz negativa”, consistente en la simple ausencia de violencia, para ir incluyendo todas aquellas actitudes, instituciones y estructuras que en su conjunto cooperan en la creación y mantenimiento de las sociedades pacificas, que persiguen la llamada “paz positiva”.

En consecuencia, las principales acciones no violentas incorporan la protesta y la persuasión, incluyendo marchas y conmemoraciones; la no-cooperación; y la intervención no violenta, como los bloqueos y las ocupaciones.

A pesar de estos importantes avances y de que formalmente todas y todos rechazamos la violencia, miles de pacifistas, defensores de los derechos humanos y del medioambiente se cuentan cada año entre las víctimas de actos violentos. Asimismo, millones de personas siguen perdiendo la vida en actos de violencia que por desgracia son ya habituales, como la violencia de género, la violencia racial, la violencia religiosa, la violencia homófoba y en menor grado la violencia delictual común.

Por ello, resulta de vital importancia reducir estas cifras educando y concienciando a los individuos en la diversidad de caminos que ofrece la resolución pacífica de los conflictos, tanto personales como sociales.

Con la celebración del Día Internacional de la No Violencia recordamos la necesidad de seguir trabajando juntos para lograr vivir en un mundo más tolerante, inclusivo y pacífico.

Marta Miño, colaboradora FIBGAR.