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La Trata de personas como la forma de esclavitud moderna.

Han sido millones los hombres, mujeres y niños que, durante años, sufrieron la trata transatlántica de esclavos, lo que representa uno de los episodios más oscuros de la historia de la humanidad.

Por ello, cada 25 de marzo se conmemora el Día Internacional de Recuerdo de las Víctimas de Esclavitud y la Trata Transatlántica de Esclavos, como forma de recordar y homenajear a todos aquellos que fueron víctimas de estas prácticas, y creando una gran conciencia pública de la importancia de luchar y acabar con el racismo y los prejuicios sociales en la actualidad.

No obstante, Naciones Unidas ha querido mantener este recuerdo y homenaje vivo de manera permanente, por lo que el 25 de marzo de 2015 levantó un monumento con este propósito en su Sede de Nueva York, al que llamaron “El arca del Retorno”.

El mismo año de la inauguración de esta edificación, Ban Ki-moon, el entonces Secretario General de la ONU, denunciaba y recordaba a la sociedad que “la esclavitud persiste en muchas partes del mundo en forma de trabajo forzoso, trata, explotación sexual o cautiverio en condiciones análogas a la esclavitud”.

Es esclavitud cualquier condición social en la que el ser humano sea tratado sin ningún tipo de respeto por su condición humana, siendo obligado a trabajar en condiciones deplorables, sin remuneración, y sin otros derechos laborales y fundamentales.  

Cabe señalar, que la vulnerabilidad es un factor clave para llevar a cabo la esclavitud, pues en general las personas que han sido o son víctimas de esta situación, proceden de lugares donde hay una pobreza extrema, es decir, de países subdesarrollados en su mayoría.

La trata transatlántica de esclavos se llevó a cabo durante más de 400 años, en los que millones de personas fueron trasladadas en condiciones infrahumanas e insalubres, de hacinamiento y encadenados, en los denominados “barcos negreros” que surcaban el Atlántico, para posteriormente ser vendidas para vivir bajo el yugo de sus opresores. Estos hechos constituyen uno de los mayores crímenes de lesa humanidad que se han cometido en la historia.

Al principio, el objetivo de estas prácticas era tener esclavos que trabajaran en las plantaciones de caña de azúcar y mujeres que usar como objeto de satisfacción sexual. Tristemente, era una gran parte de la sociedad la que, aún conociendo el problema, le daba la espalda. Los intereses cambiaron con los años, por lo que durante el siglo XIX comenzaron a ser captadas mujeres europeas, que eran trasladadas a otros lugares como esclavas en redes de prostitución, apareciendo así el término “trata de blancas”, el cual solo visibilizaba a una parte de las víctimas.

Actualmente, la trata de seres humanos es la base del sistema prostitucional y mueve entre 7.000 y 10.000 millones de dólares al año. Esta práctica es la perpetuación de la esclavitud en la actualidad, lo que supone una realidad a la que ninguna sociedad puede ser ajena.

Para poner fin a esta situación es necesario comenzar por educar en la prevención para evitar ser víctima de trata de personas, pues como mencionaba anteriormente, el factor vulnerabilidad facilita a los captores el secuestro y traslado de las personas a otros países.

Si bien evitar la trata de personas no es algo sencillo, pues son muchas las redes dedicadas a esta actividad y cambian continuamente sus métodos de captación, lo cierto es que sí existen algunas prácticas que pueden ayudar a prevenir ser víctima de estos grupos, como por ejemplo, verificar las ofertas laborales en otros países, estar informado sobre la trata de personas, el uso consciente de internet, la toma de precauciones a la hora de viajar y sobre todo, denunciar las situaciones que nos parezcan fuera de lo común.

Si hay una forma de erradicar la trata de personas es mediante la educación en prevención, para que la sociedad sea capaz de reconocer, evaluar y evitar los riesgos, y mediante la denuncia de las situaciones poco comunes que observamos a nuestro alrededor.

Isabela López De Castro, colaboradora de FIBGAR