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Momentos decisivos

México es un país tremendamente rico por su diversidad de culturas milenarias, sus maravillosos parajes naturales, su exquisita gastronomía, sus ingentes recursos naturales, pero por sobre todo por la hospitalidad de su gente. Es también un país de contrastes, asolado por el narcotráfico, el crimen organizado, la corrupción, la desigualdad, la violencia de género y el abuso policial, unos males endémicos que sufre a diario buena parte de su población.

Han sido muchos los gobiernos que han probado distintas recetas para enfrentar estas verdaderas lacras sociales, con mayor o menor intensidad y con mejor o peor suerte, a veces sin un rumbo fijo y en otras ocasiones con una firme determinación en la dirección equivocada, que sólo han sumado más muerte y destrucción a fenómenos de por sí ya demasiado violentos. Asesinatos a la orden del día, miles de desaparecidos, acoso y agresiones sexuales a mujeres y tortura en las investigaciones policiales, conviven con naturalidad con la desigualdad social, la pobreza y la indigencia extremas, en un país de multimillonarios que aparecen en los primeros lugares de la lista Forbes.

Tal vez sea por todo ello, o por la deuda histórica que tiene España con el país latinoamericano que más refugiados republicanos acogió tras la guerra civil y la dictadura franquista, que desde la creación misma de la Fundación Internacional Baltasar Garzón (FIBGAR), comenzó una estrecha colaboración, abriendo el año 2012 nuestra Sede en México. Hace tan sólo unos meses se cumplieron ochenta años de aquella dolorosa diáspora, que ha sido conmemorada por la Ministra de Justicia española, quien agradeció la solidaridad y la hospitalidad brindada por México con dignidad y respeto a quienes debieron huir de su país de origen como última alternativa para salvar sus vidas. Solidaridad, respeto y dignidad, son valores que, a pesar de los odiosos tiempos que corren en el mundo, se mantienen plenamente vigentes.

Siete años han pasado desde que se pusiera en marcha el primer proyecto de FIBGAR en México, de “Asesoramiento al gobierno del Estado de Morelos en la elaboración de una Ley de Víctimas”. Luego siguieron muchos otros, como el “Foro Internacional en Derechos Humanos de Morelos”, “43 horas por Ayotzinapa” demandando verdad y justicia para los 43 jóvenes desaparecidos en dicha localidad, o “Derechos Humanos a Escena” en el espacio teatral comunitario MH-35, en el barrio de La Lagunilla.

Siempre pendientes de enfocar nuestros esfuerzos hacia donde podamos ser más útiles, hace unas semanas hemos impartido el “Curso en Derechos Humanos y Uso de la Fuerza Pública” para la Policía Municipal de Orizaba, Veracruz. Se trata de un curso único en su tipo, pues pretende combinar aspectos teóricos y prácticos. No basta con decirle a la policía que no debe torturar y hacer mal uso de la fuerza, pues eso ya lo saben, sino que se trata de transmitir por qué ello es tan necesario, las razones que ha tenido en consideración la humanidad para fijar dichos estándares, como también las consecuencias nefastas que indefectiblemente se producen en caso de no cumplirlos. Tras estos aspectos más bien teóricos, un policía de larga trayectoria y actualmente director de la Academia Policial de Granada, fue quien transmitió conceptos, normas y valores específicamente elaborados por Naciones Unidas para la Policía de todo el mundo, como también, en positivo, la forma correcta de detener, interrogar y en general de hacer uso de la fuerza pública con pleno respeto a los derechos humanos, sin por ello sacrificar una labor eficaz.

Próximamente, nuestra Sede en México comenzará a ejecutar un programa de fortalecimiento de organizaciones de la sociedad civil, denominado “Barrios de Paz”, en el Estado de Jalisco, en las colonias Lomas del Paraíso, municipio de Guadalajara, Constitución y Zona de las Mesas, municipio Zapopan. Entre otros objetivos pretendemos empoderar a las mujeres frente a la inseguridad y la violencia que padecen, a través de acciones que regeneren el tejido social y la participación comunitaria en la prevención de la violencia y el fortalecimiento de la capacidad de resiliencia.

Para consolidar nuestra colaboración con México, basada en la gratitud por la solidaridad antaño recibida, hace tan sólo unos días hemos firmado un “Convenio General de Colaboración” con el Instituto Mexicano para la Justicia (IMJUS), una organización de la sociedad civil, sin fines de lucro, independiente, apartidista y laica, que busca mejorar los ámbitos que integran la Justicia en México.

Queremos aportar en formación, capacitación, especialización y profesionalización de los distintos operadores de la justicia, incluidos los cuerpos policiales municipales, estatales y también de la nueva Guardia Nacional, de las Fiscalías y Tribunales de Justicia, entre otros, siempre en derechos humanos, pero también en seguridad pública y privada, promoción de la justicia, el combate a la corrupción y el crimen organizado.

Hemos firmado este convenio porque estamos convencidos de que juntos somos más fuertes y podremos contribuir más y mejor, para así aprovechar la oportunidad histórica que tiene hoy México, comprometido con un cambio tan profundo como necesario, que avance hacia una real transformación en beneficio de millones de ciudadanas y ciudadanos, que tras varias décadas de intentos fallidos están cansados de la inseguridad constante, la corrupción, la impunidad y la vulneración de sus derechos.

Tal y como antes México fue solidario con España en los momentos más difíciles de su historia reciente, ahora nos corresponde devolver la mano, desde el respeto y el afecto mutuo de nuestros pueblos, en estos momentos decisivos.

Rodrigo Lledó. Codirector General de FIBGAR.