Protección de la naturaleza como medida urgente frente al cambio climático
Hoy, con ocasión del Día Mundial de la Protección de la Naturaleza recordamos las palabras que pronunció el ex presidente de Argentina Juan Domingo Perón, el 16 de marzo de 1972, mientras se encontraba exiliado en Madrid: «ha llegado la hora en que todos los pueblos y gobiernos del mundo cobren conciencia de la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biosfera, la dilapidación de los recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobreestimación de la tecnología”.
Como ha afirmado Guillermo Fernández de Soto, representante Permanente de Colombia ante las Naciones Unidas en Nueva York y Presidente de la Comisión de Consolidación de la Paz para 2019, la tendencia mundial hacia la destrucción de la biodiversidad tiene consecuencias tan graves como nuestra propia supervivencia como especie y el futuro de nuestro planeta en su conjunto. La industrialización cada vez mayor y el uso de combustibles fósiles han sido los mayores responsables del cambio climático y de haber expoliado gran parte de los recursos naturales que nos brinda el planeta.
La crisis de la COVID-19 ha reafirmado que debemos cambiar nuestra mala relación con la naturaleza y la conexión existente entre la pérdida de diversidad biológica y la salud humana. La destrucción de la biodiversidad ha provocado degradación de los bosques y la modificación de las conexiones naturales, habiendo mayor conexión entre la especie humana y la flora y la fauna lo que facilita que los saltos virales sean cada vez más frecuentes.
Elliot Harris, economista jefe de las Naciones Unidas, aboga por asignarle un valor a la naturaleza. Durante muchos años hemos considerado a la naturaleza como si fuera gratis e ilimitada. Siempre hemos medido el progreso económico conforme a cuántos bienes y servicios éramos capaces de producir y consumir, olvidándonos de la naturaleza cuando es la que nos otorga los recursos necesarios para alcanzar ese desarrollo económico. Elliot puntualiza que seguir ignorando a la naturaleza conlleva graves consecuencias: han aumentado los desastres climáticos, la producción agrícola se está viendo gravemente afectada y hay un mayor riesgo de que haya más pandemias.
La Secretaria Ejecutiva del Convenio sobre la Diversidad Biológica, Elizabeth Maruma Mrema, relata que debemos proteger la naturaleza y reconstruir la biodiversidad para conseguir una sostenibilidad. Para ello es necesario proteger y reparar la diversidad biológica, evitar la subida de las temperaturas y, sobre todo, cambiar nuestra forma de producción, consumo y comercio que afecta directamente a los recursos naturales que nos brinda la biodiversidad. Las soluciones basadas en la protección de la naturaleza están orientadas a hacer más resiliente al planeta frente al cambio climático.
La protección de la naturaleza debe ser una cuestión relevante tanto internacional como nacionalmente si queremos alcanzar los objetivos marcados. “La tierra necesita un buen abogado”, como dijera la activista y abogada inglesa Polly Higgins, una de las figuras más inspiradoras del Movimiento Verde.
En este sentido reiteramos nuestro compromiso a favor del reconocimiento del crimen de ecocidio como crimen internacional, para que los ataques a la naturaleza no queden impunes. Un panel de expertos internacionales, del cual el director de FIBGAR forma parte, ha trabajando en la elaboración de la Definición Legal de Ecocidio, entendiendo por él como “cualquier acto ilícito o arbitrario perpetrado a sabiendas de que existe una probabilidad sustancial de que cause daños graves que sean extensos o duraderos al medioambiente”.
Causar daños graves al medioambiente ya está reconocido como crimen siempre que se de en situaciones de conflicto armado, sin embargo, el ecocidio extendería este crimen a los daños graves al medio ambiente cometidos durante periodos de paz.
La introducción de ecocidio como crimen puede hacernos cambiar de mentalidad y generar un mayor compromiso con la protección del medioambiente y un marco normativo más “colaborativo y eficaz” para el futuro de nuestro planeta.
Carmen Coleto Martínez, colaboradora de FIBGAR.