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Proteger nuestro medio ambiente: una tarea de urgente necesidad

Desde 1974 cada cinco de junio se celebra el día Mundial del Medio Ambiente, dirigido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Se trata de la mayor plataforma de divulgación ambiental donde se ofrece un espacio que invita a reflexionar e impulsar una conducta más responsable y ecológica por parte de las empresas, las comunidades y las personas con el objetivo de preservar, mejorar y sanar nuestro medioambiente. Cada año un país se encarga de ser el anfitrión y organizador de este día, siendo el de 2022 el estado de Suecia.

El lema de este año es “Una sola Tierra”. Este eslogan tiene especial relevancia ya que es el que se utilizó en la conocida Conferencia de Estocolmo en 1972. Esta conferencia resultó un antes y un después en la política ambiental, ya que puso en el punto de mira de las agendas políticas el problema del cambio climático y estableció el día 5 de junio como el día mundial del medio ambiente.

La celebración de este día y todas las actividades que se llevan a cabo con su ocasión adquieren una especial relevancia por la situación de emergencia climática que está caracterizando el siglo XXI. Es necesario que la comunidad en su conjunto participe en este día y tome conciencia de la inminente necesidad de proteger y mejorar nuestro medio ambiente.

Esta crisis climática, en la que todos nos vemos inmersos, es provocada por la acción directa del ser humano y genera consecuencias adversas tanto a nivel ambiental, como a nivel económico y social. Así, en la contribución del Grupo de Trabajo I del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio climático (IPCC) del Sexto Informe de Evaluación, publicada el pasado agosto, se afirma contundentemente que la influencia humana sobre el cambio climático es inequívoca y que ya tiene consecuencias evidentes en la atmósfera, océanos, criósfera y biósfera.  En este sentido, el IPCC subraya que las emisiones antropógenas de gases de efecto invernadero que se han sucedido después de la era preindustrial (1850-1900) han provocado el calentamiento de la atmósfera y los océanos. Esto tiene como consecuencia la disminución de las cantidades de hielo y nieve por todo el planeta y la elevación el nivel del mar.

Por todo ello, la responsabilidad de revertir, en la medida de lo posible, o mejorar las condiciones medioambientales actuales recae en la humanidad y, en especial, en los países industrializados que han emitido y siguen emitiendo grandes cantidades de gases de efecto invernadero.

La Organización meteorológica mundial (OMM) determina que es probable que la temperatura media mundial se haya elevado al menos 1º C por encima de las temperaturas preindustriales. Asimismo, estima que las probabilidades de que en los próximos años aumente la temperatura media anual más de 1,5º C es del 50% si seguimos con el mismo sistema productivo y de consumo y emitiendo los mismos niveles de gases de efecto invernadero. Esta cifra no es aleatoria, sino que una vez que se alcance ese nivel, los efectos del cambio climático serán sumamente perjudiciales para las personas y para el planeta en su conjunto.

En este sentido, el Acuerdo de París, adoptado por 196 Estados en la COP21 y que entró en vigor en noviembre de 2016, tiene como objetivo limitar el calentamiento global a “muy por debajo de 2, preferiblemente a 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales”. Para alcanzar este objetivo es preciso que la comunidad internacional trabaje para reducir a la mitad las emisiones anuales de gases de efecto invernadero para el año 2030. Sin embargo, el Informe Anual de Brecha de Emisiones del PNUMA del 2019 estimó que aun cumpliéndose todos los compromisos pactados en el Acuerdo de París las temperaturas aumentarán 3,2º C, lo que supondrá una gran catástrofe climática. En este sentido, Naciones Unidas recuerda que es necesario que las ambiciones actuales sean cinco veces más grandes para alcanzar los objetivos necesarios en la próxima década. Asimismo, el PNUMA en su Informe sobre la brecha de Producción de 2021 afirma que los países tienen planes de producción de combustibles fósiles “dos veces mayor de la que permitiría cumplir con los objetivos del Acuerdo de París para el cambio climático”.

Hoy, con ocasión de este día, desde FIBGAR queremos recordar el necesario compromiso real y efectivo en la lucha contra el cambio climático y la implementación inminente de medidas de mitigación y adaptación con el objetivo de no vernos altamente perjudicados por los impactos de gran alcance y realmente destructivos para el planeta y para las poblaciones que lo habitamos. Asimismo, queremos resaltar nuestro compromiso con el medio ambiente y con el reconocimiento del Ecocidio como crimen internacional con el objetivo de luchar contra la impunidad de los delitos cometidos contra el medio ambiente.

Carmen Coleto Martínez, colaboradora de FIBGAR.

Madrid, 05 de junio de 2022.