
Desinformación y Democracia: una reflexión necesaria desde Torres
Los pasados días 7 y 8 de julio de 2025 se celebró en el municipio jiennense de Torres la 19ª edición de los Cursos de Verano de la Universidad de Jaén, una iniciativa académica ya consolidada que, un año más, ha contado con la colaboración activa de FIBGAR en su organización.
En esta ocasión, el curso llevó por título “Desinformación y Democracia: Retos y Soluciones en el Contexto Actual”, y abordó con profundidad una de las problemáticas más apremiantes de nuestro tiempo. En un mundo hiperconectado donde la desinformación se propaga a gran velocidad a través de redes sociales, medios de comunicación y plataformas digitales, el fortalecimiento de las sociedades democráticas exige ciudadanos y ciudadanas formadas, críticas y conscientes de los peligros que entraña la manipulación informativa. Frente a esta amenaza creciente, este curso se propuso como un espacio de análisis riguroso, reflexión plural y aprendizaje práctico para afrontar, desde distintos enfoques y disciplinas, los efectos corrosivos de la desinformación sobre la democracia, los derechos humanos y la cohesión social.
La participación de FIBGAR en los cursos de verano de Torres forma parte de una trayectoria de colaboración continuada con la Universidad de Jaén en la promoción de actividades académicas centradas en los valores democráticos, el Estado de derecho y los derechos fundamentales. Esta experiencia acumulada nos permite articular propuestas formativas que integran el análisis teórico con herramientas útiles para la intervención social y educativa. En esta edición, la urgencia del tema y la calidad de los ponentes se tradujeron en dos jornadas intensivas en las que se exploraron las múltiples dimensiones del fenómeno desinformativo, desde su impacto en los procesos políticos hasta su vinculación con intereses económicos y discursos de odio.
El curso fue inaugurado por nuestro presidente de honor, Baltasar Garzón, cuya conferencia inicial marcó el tono del encuentro al subrayar que nos encontramos en un momento de crisis profunda para la democracia y los derechos humanos. En sus palabras, “la desinformación juega un papel fundamental como mecanismo de ataque al Estado de derecho y de refuerzo de formas de autoritarismo competitivo. Ante esto, solo hay una vía: educación, aprendizaje y desarrollo desde las escuelas, con responsabilidad compartida. No hay otra manera”. Su intervención no solo sirvió como introducción al tema central del curso, sino también como una llamada urgente a la acción colectiva basada en el conocimiento, la responsabilidad cívica y la defensa activa de los valores democráticos.
A lo largo de las distintas sesiones, el curso fue desplegando un recorrido temático que permitió comprender tanto las raíces como las consecuencias del fenómeno desinformativo.
El profesor Juan Antonio Nicolás Marín, de la Universidad de Granada, ofreció una aproximación conceptual rigurosa, abordando las motivaciones, mecanismos y efectos de la desinformación en la esfera pública. Su intervención sirvió como base para las siguientes ponencias, aportando definiciones clave y marcos interpretativos útiles para el análisis posterior.
Le siguió el profesor Felipe Morente Mejías, de la Universidad de Jaén, quien centró su ponencia en el impacto que la desinformación tiene sobre la democracia y los derechos humanos. En su exposición, subrayó la manera en que se utilizan las tecnologías digitales para atacar la libertad de expresión y para propagar discursos de odio, al tiempo que defendió la necesidad de educar en el uso ético de dichas tecnologías y en la alfabetización mediática como vía de resistencia democrática.
Uno de los aspectos más enriquecedores del curso fue la diversidad de miradas que se ofrecieron desde otros ámbitos como el periodismo, la historia o el análisis político. El periodista de investigación y patrono de FIBGAR, Eduardo Martín de Pozuelo, centró su intervención en el uso propagandístico de la mentira durante el régimen nazi, mostrando cómo la manipulación informativa fue un instrumento central del totalitarismo. Su análisis histórico sirvió de advertencia sobre los peligros de la banalización de la verdad en contextos de crisis.
En la misma línea, el periodista Jesús Maraña, director editorial de Infolibre, expuso ejemplos recientes del uso político de la desinformación en España, entre ellos el caso del 11-M y la construcción de teorías de la conspiración que afectaron gravemente al debate público y a la credibilidad institucional. Ambos ponentes coincidieron en destacar el papel clave que deben jugar los medios de comunicación y las instituciones públicas en la lucha contra la desinformación, a través del fomento del periodismo de calidad, la transparencia y la verificación de los hechos.
Una de las aportaciones más novedosas del curso vino de la mano de María Garzón, presidenta de FIBGAR, quien presentó una mirada crítica desde la perspectiva de género. Su intervención analizó los intereses económicos detrás de muchas campañas de desinformación, con especial atención al fenómeno de la misoginia organizada en espacios digitales. Explicó el concepto de “manosfera”, que designa el conjunto de comunidades en línea donde se reproducen discursos misóginos, antifeministas y conspirativos que alimentan una narrativa de odio y polarización con consecuencias reales para las mujeres. Este enfoque permitió visibilizar una dimensión estructural del problema que con frecuencia permanece oculta: cómo la desinformación no solo desestabiliza la democracia, sino que también refuerza jerarquías de poder basadas en el género, la violencia simbólica y la exclusión.
Durante la segunda jornada, el profesor Juan Manuel de Faramiñán Fernández-Fígares, de la Universidad de Jaén, centró su ponencia en los riesgos que entraña la pasividad ciudadana y la atomización del pensamiento en la era digital. Con un tono reflexivo, alertó sobre cómo la sobrecarga informativa puede conducir al conformismo y al abandono del juicio crítico, y defendió la necesidad de reconstruir espacios de deliberación democrática desde lo colectivo.
Por su parte, la profesora Lorena Arce Romeral, de la Universidad de Málaga, abordó la desinformación en el ámbito medioambiental, exponiendo las prácticas de “greenwashing” como formas de manipulación corporativa que distorsionan la percepción pública sobre la sostenibilidad. Su intervención evidenció que la desinformación afecta a todos los ámbitos de la vida social, incluyendo los esfuerzos por frenar la crisis climática.
El cierre del curso estuvo a cargo del profesor Ignacio Molina Álvarez de Cienfuegos, investigador del Real Instituto Elcano, quien animó a los y las participantes a interrogarse constantemente para no caer en un pensamiento único que, bajo la apariencia de cohesión, puede derivar en nuevas formas de manipulación informativa. Finalmente, el profesor Juan Manuel de Faramiñán Gilbert concluyó recordando que, incluso en tiempos difíciles, es posible “navegar contra corriente” si se mantiene el compromiso ético con la verdad, el pensamiento libre y la defensa activa de la democracia.
La edición de este año ha sido, sin duda, una demostración del valor que tiene la formación crítica y el diálogo plural frente a los desafíos complejos que nos impone el presente. Desde FIBGAR, reafirmamos nuestro compromiso con la educación como herramienta para fortalecer la democracia y luchar contra todas las formas de manipulación, odio y exclusión. En tiempos de confusión informativa y crisis de confianza, la respuesta sigue siendo la misma: más conocimiento, más diálogo y más derechos.