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La Jurisdicción Universal como herramienta contra la impunidad: un compromiso reafirmado en Bogotá

Ayer se adoptó en Bogotá la Declaración Conjunta sobre la Conclusión de la Conferencia de Emergencia sobre Palestina, convocada por el Grupo de La Haya. Se trata de un momento significativo en la lucha contra la impunidad internacional, ya que por iniciativa de los Gobiernos de Colombia y Sudáfrica, representantes de más de treinta países se reunieron para coordinar medidas jurídicas que contribuyan a detener el genocidio en la Franja de Gaza.

Desde FIBGAR, celebramos esta declaración como un avance crucial en los esfuerzos internacionales por garantizar justicia para las víctimas y prevenir futuras atrocidades. Nos honra, en particular, haber contribuido activamente al punto 6 de la Declaración, que reafirma el apoyo al principio de jurisdicción universal como vía legítima y necesaria para la protección de los derechos humanos:

“Apoyar los mandatos de jurisdicción universal, como y donde sean aplicables en nuestros marcos jurídicos constitucionales y judiciales, para garantizar la justicia para todas las víctimas y la prevención de futuros crímenes en el Territorio Palestino Ocupado.”

Este compromiso colectivo envía un mensaje inequívoco: el derecho internacional no puede seguir siendo una herramienta de aplicación selectiva o subordinada a intereses geopolíticos. Frente a las denuncias cada vez más sólidas de crímenes internacionales cometidos en Gaza —incluidos actos que podrían constituir genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad—, es urgente activar todos los mecanismos disponibles para garantizar verdad, justicia y reparación.

El principio de jurisdicción universal permite a los tribunales nacionales procesar crímenes internacionales graves, sin importar el lugar donde se hayan cometido ni la nacionalidad de las víctimas o de los perpetradores. Su fundamento reside en la idea de que hay delitos que afectan a toda la humanidad, y que generan una obligación internacional de perseguirlos. Cuando las vías tradicionales del sistema internacional fracasan —ya sea por el bloqueo en el Consejo de Seguridad, por la inacción de tribunales internacionales o por la negativa de los Estados responsables a rendir cuentas—, la jurisdicción universal se convierte en un instrumento imprescindible para que las víctimas no se enfrenten al olvido ni a la impunidad.

La guerra en Gaza ha puesto de manifiesto las limitaciones estructurales del sistema multilateral. A pesar de las advertencias de Naciones Unidas, de organizaciones de derechos humanos y de expertos independientes, la comunidad internacional ha sido incapaz de detener la violencia ni de activar mecanismos eficaces de rendición de cuentas. En este contexto, la Conferencia de Bogotá representa un paso firme hacia una acción coordinada desde el Sur Global. Los Estados participantes han demostrado que no estamos ante un conflicto regional aislado, sino ante una tragedia que interpela a toda la humanidad. El apoyo explícito a la jurisdicción universal como herramienta para abordar los crímenes en Palestina reconoce el poder transformador del derecho cuando se aplica con coherencia, voluntad y coraje político.

Desde nuestra fundación, en FIBGAR hemos promovido activamente el uso de la jurisdicción universal como una herramienta clave para la justicia global. Hemos colaborado en litigios, apoyado reformas legales, contribuido a la formación de operadores jurídicos, y participado en espacios internacionales de coordinación estratégica. Nuestra experiencia demuestra que este principio no es una abstracción jurídica, sino una posibilidad real cuando existen marcos legales adecuados y una firme voluntad de proteger los derechos humanos. Casos emblemáticos como el del dictador chileno Augusto Pinochet en España, o más recientemente los juicios contra responsables sirios en tribunales europeos, evidencian cómo esta vía puede funcionar como un escudo contra la barbarie y una esperanza para las víctimas.

La mención expresa a la jurisdicción universal en la Declaración de Bogotá reafirma nuestro compromiso: seguir trabajando para que más países incorporen este principio en sus ordenamientos jurídicos, y para que se implemente de forma efectiva, accesible y transparente. No se trata solo de hacer justicia por Gaza, sino de fortalecer un modelo de derecho internacional que esté al servicio de las víctimas, más allá de las fronteras, sin privilegios ni excepciones.

La adopción de esta declaración no debe quedarse en un acto simbólico. Es hora de transformar estos compromisos en acciones concretas. Los Estados firmantes deben revisar sus leyes nacionales, dotar de recursos a sus sistemas judiciales, facilitar la cooperación internacional, proteger a testigos y víctimas, y colaborar con organizaciones de la sociedad civil que llevan años documentando crímenes y construyendo casos.

Desde FIBGAR, ofrecemos nuestro conocimiento técnico, nuestra red de aliados y nuestro compromiso ético para apoyar a todos aquellos actores —institucionales, jurídicos y sociales— que quieran avanzar por esta vía. Creemos firmemente que la jurisdicción universal es una herramienta necesaria para un orden internacional más justo, y que solo mediante su uso sistemático y coherente podremos romper el ciclo de impunidad que permite que las atrocidades se repitan.

La Declaración Conjunta adoptada en Bogotá es un llamado a actuar. Pero también es una reafirmación de principios universales: que el derecho internacional debe aplicarse con igualdad; que la justicia no puede depender de la nacionalidad o del poder de los perpetradores; y que el sufrimiento de las víctimas no puede ser ignorado por la comunidad internacional.

La jurisdicción universal representa una promesa: la de que ningún crimen quedará impune, y que todas las víctimas —independientemente de su origen, su religión o su pasaporte— tendrán acceso a la justicia. En FIBGAR seguiremos trabajando para que esa promesa deje de ser una excepción y se convierta en norma. Porque solo con justicia puede haber paz, y solo con memoria puede construirse un futuro digno.

Accede a la declaración.